Amor y Esperanza: Una Historia de Corazones que Nunca se Rinden

El Amor y la Esperanza

César invita a Lucía a cenar en un elegante restaurante italiano. Cuando la joven sale de su casa, se topa con Mercedes, quien le corta el paso con una mirada intensa.

Dicen que solo un diamante puede pulir otro diamante murmura la profesora con un aire enigmático.

¿Perdona? No entiendo.

Eres joven todavía sonríe la mujer con dulzura. Créeme, la gente no se enamora solo una vez en la vida.

Señora Mercedes, le juro que entre César y yo no pasa nada.

Quizá aún no. Pero eso no significa que no sucederá. No cierres tu corazón, Lucía. La vida sabe sorprendernos y a veces trae la mayor felicidad cuando menos la esperas.

¿Usted también pasó por algo así?

Bueno Fernando no fue mi primer amor responde con calma, mientras sus ojos se nublan de recuerdos. Hubo alguien antes. Creí que no sobreviviría al desamor, que no sabría respirar sin él. Pero luego llegó Fernando. Todo cambió. Fui feliz. De verdad, feliz. Por eso te digo: no te cierres. El amor puede estar más cerca de lo que imaginas.

Siempre pensé que el tío Fernando fue su primer amor

Ni él fue el mío, ni yo la suya. Pero te diré algo: al primer amor nunca se le olvida.

Lucía suspira, agradece la conversación y se dirige al coche donde la espera César.

En cuanto se aleja, aparece en el porche Belén, clavando una mirada fría en Mercedes.

¿Ahora decides convertirte en la nueva madre de Lucía? Le das consejos de amor, compartes historias que nunca me contaste.

Lo hice por Marina responde Mercedes sin vacilar. Porque solo hay una forma de separar a Lucía y a Javier para siempre.

¿A qué te refieres exactamente?

Que Lucía ame a otro dice con firmeza.

***

Carmen, destrozada tras hablar con Daniel, camina sin rumbo por el asfalto. Su rostro está pálido, los ojos vacíos como si ya no viera el mundo a su alrededor.

No percibe el coche que se acerca.

Un chirrido de frenos. Un impacto.

Gritos y alguien llamando a una ambulancia.

Carmen yace inmóvil en el suelo mientras los transeúntes se agolpan a su alrededor. Una mujer se inclina, buscando su pulso.

¿Chica, me oyes? ¡Contesta!

No hay respuesta. Carmen no se mueve ni un milímetro.

***

Beatriz avanza hacia el claro del bosque, donde, entre las sombras, la espera Álvaro. Su figura se confunde con la oscuridad, pero su mirada es fría y penetrante.

Aquí tienes dos millones dice en un tono helado, entregándole una bolsa de piel llena de billetes.

La cámara revela a Nuria, quien ha seguido a Beatriz desde la casa, acechándola con determinación. Ahora, oculta entre la maleza, apenas a diez metros de distancia, observa incrédula.

Álvaro y ese dinero ¡Es mi dinero! susurra, conteniendo la furia. Al ver cómo Álvaro cuenta los billetes, sus ojos se llenan de ira. ¡Qué descaro! Saca su teléfono y empieza a grabar todo en secreto.

Mientras, Álvaro termina de contar el dinero. Sonríe con malicia.

Está todo. ¿Ahora nos dejarás en paz? pregunta Beatriz, tensa.

Un crujido de ramas rompe el silencio.

Álvaro se gira al instante.

¿Has oído eso? Hay alguien más. ¡Te dije que vinieras sola!

¡He venido sola! protesta Beatriz. Nadie me ha acompañado, lo juro.

Álvaro no le cree. Avanza hacia el ruido, apartando las ramas hasta descubrir a Nuria, con el teléfono en la mano.

Sus ojos se encienden de rabia. Saca un cuchillo del bolsillo.

Una fisgona dice con voz helada. Sabes, la curiosidad puede meterte en graves problemas.

Nuria retrocede, temblando.

Álvaro, déjala ordena Beatriz. No seas estúpido.

Enséñame lo que llevas en el bolso exige Álvaro.

¡Déjame en paz! protesta Nuria.

¡Responde! ¿Por qué has venido? interrumpe Beatriz.

¿Qué está pasando aquí? ¿Qué tramáis? estalla Nuria. ¡Estoy grabando todo! ¡Llamaré a la policía!

¡No tramamos nada! grita Beatriz. ¡Él me chantajeaba! Amenazó con matar a Daniel y a Sara. ¡Por eso le pagué!

Nuria busca su teléfono en el bolso.

Llamaré a la policía ahora mismo.

¡NO TE ATREVAS! ruge Álvaro, blandiendo el cuchillo. ¡Te mataré!

¡SOCORRO! ¡AYUDA! grita Nuria, intentando huir.

¡ÁLVARO, PIÉNSALO BIEN! exclama Beatriz, corriendo hacia él.

Pero el hombre ya ha perdido el control. Empuja a Beatriz con tanta fuerza que cae al suelo.

Clava una mirada desquiciada en Nuria, que tiembla de miedo.

Empezaré por ti silba. Después iré por Daniel. Lo encontraré cubierto de tu sangre. ¡Y a él también lo mataré!

Álvaro levanta el cuchillo, pero en el forcejeo, la hoja gira en sus manos y se clava en su propio pecho.

Se desploma. Beatriz lo mira, pálida.

Está muerto susurra.

¡Dios mío! ¡NO QUERÍA HACERLO! llora Nuria histérica. ¡Fue un accidente! ¡Llamemos a una ambulancia!

¡Cállate! sisea Beatriz. ¿Quieres acabar en la cárcel?

¿En la cárcel? solloza Nuria. ¡Pero si fue en defensa propia!

¡La verdad no importa! grita Beatriz. La policía no te creerá. ¡Y si esto se sabe, la gente dirá que la madre de Daniel es una asesina!

Nuria tiembla sin control. Beatriz la abraza con fuerza, arrastrándola lejos del lugar.

El secreto queda enterrado entre los árboles.

***

Daniel llega corriendo a casa tras una llamada urgente de Sara. La encuentra en la puerta, con una maleta. Sus ojos están húmedos, pero su mirada es firme.

Me voy dice, dejando un beso fugaz en su mejilla. No quiero molestar más ni a ti ni a tu madre. Adiós, Daniel. Sé feliz.

Sara, ¿qué dices? la mira incrédulo. ¿Qué tiene que ver mi madre con esto?

Ella sabe lo de aquella noche. Todo lo que pasó entre nosotros.

Daniel frunce el ceño.

Maldita sea ¿Cómo se enteró?

Leyó la carta que dejé el día que tomé las pastillas.

Espera sus ojos se oscurecen. Dijiste que no fue un suicidio

Lo dije para protegerte. Pero tu madre no me quiere. Teme que te cases conmigo. Y nos ofreció dinero. A mi madre y a mí. A cambio de irme.

Daniel se queda petrificado.

¿Qué? ¿Os dio dinero?

Sí. Pero lo rechazamos. Yo nunca lo aceptaría. Por eso me voy es mejor para todos.

No irás a ninguna parte agarra la maleta. No te dejaré desaparecer de mi vida.

No tengo elección susurra Sara. Mi madre lo sabe todo. Dijo que arruiné mi vida. Si no nos casamos, no te dejará en paz. Y tu madre me od

Оцените статью
Amor y Esperanza: Una Historia de Corazones que Nunca se Rinden
Свадьба под угрозой: случай, который изменил все